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Le prohíben volver a leer durante los próximos 3 meses por saltarse sus horas de juego. 

Los padres de un futuro gamer tienen que tomarse muy en serio la preparación de su hijo y si no, que se lo digan a Melissa y Derek Houston, padres de Liam, que han pillado por tercera vez esta sema a su hijo saltándose sus horas obligatorias de juego por leer un libro.

La verdad es que ya no sabemos que hacer con él – comenta Melissa, desconsolada – en cuanto nos despistamos suelta el mando de la play y agarra el primer libro que pilla a mano. El otro día estaba leyendo un diccionario, ¡por el amor de Dios! Yo no sé ni para qué sirve ese libro. 

Derek y yo hemos pensado en quemar todos los libros que hay en casa y hablar con la biblioteca pública para que le prohíban la entrada. Pero tampoco sabemos muy bien si con eso conseguiremos «proteger» a nuestro hijo de los libros. 

Desde que apenas tuvo edad para sujetar un mando de videoconsola, Liam ha tenido un duro entrenamiento como gamer con horas programadas durante la semana y los fines de semana. Pero hace unos meses que el pequeño de la familia Houston ha mostrado un enfermizo interés por la lectura.

9 de cada 10 niños no llegan a gamers profesionales por culpa de esta droga de papel, que cada vez está más presente en nuestras vidas.

Las asociaciones de gamers ya se están movilizando para organizar una quema general de lo que ellos llaman «el diablo encuadernado»

Ve y lee juega, adalid.