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Cuando los mecagnomos pasaron a formar parte de la vida pública mostraron su tecnología al mundo exterior. Su filosofía, una vez aceptados en la Alianza, era la de encontrar la armonía entre la carne y el metal. Estos gnomos tienen partes mecánicas cuyo proceso de transformación se efectúa mediante una extirpación quirúrgica. Una parte de su cuerpo es reemplazada por otra equivalente que es mecánica.

Pues bien, muchos grupos de míticas plus pensaron que este tipo de nuevos jugadores proporcionarían una ventaja a la hora de «pushear» debido a sus mejoras corporales. No obstante, como cabría esperar de toda máquina (ya sea total o parcial) siempre hay posibilidades de que ocurran fallos. Y los mecagnomos no están exentos de ello.

El principal problema viene realmente de los jugadores, de otras razas, que consideraban a los mecagnomos unos pequeños robots con garantía. Y ahora al parecer los jugadores más «haters« están empaquetando a sus compañeros mecagnomos para realizar una devolución. La mayoría de jugadores como son «alters» no tienen el vuelo directo para ir a Mecandría y les resulta más barato llegarlos a Forjaz para realizar dicha devolución. Y es que el problema no es menor, la cola va desde la entrada de la ciudad de los enanos hasta ciudad manitas.

 «A mi me dijeron que estos gnomos estaban mejorados y son un churro.» Comenta un elfo de la noche que estaba haciendo cola

Los mecagnomos están contrariados y no paran de decir que son personas como cualquier otro gnomo (como si eso fuera un argumento válido) y que no son una propiedad para tener que devolverlos a nadie. Además, comentan que jamás han dado «garantía» de nada porque todo el mundo puede equivocarse en una mecánica de una mítica plus.

«Mecachis, no hace falta montar todo este mecadrama.»

«Y que sí, que se me ha caído el brazo en medio del «boss», pero le puede pasar a cualquiera. ¿vale?»

«Solo pedimos un poquito de respeto, y menos aún llamarnos mancos.» —Manifestaba un mecagnomo embalado parcialmente en papel burbuja.