El clamañublo denuncia ante los sindicatos de Dalaran la sobrexplotación que Blizzard le está haciendo pasar desde el lanzamiento del preparche.

Desde que el pasado 11 de Noviembre Blizzard pusiese en funcionamiento el parche pre-expansión de Shadownlads, muchos personajes han tenido que hacer horas extras. Uno de ellos es Nathanos Marris, más conocido como Nathanos Clamañublo cuya cabeza se ha convertido en objeto de misión de mundo.
Durante el desarrollo de Battle for Azeroth, Nathanos Clamañublo fue protagonista en distintos episodios importantes del desarrollo de la trama como mano derecha de la dama oscura.
Al final de la expansión Blizzard notificó a Nathanos que a partir de Shadowlands ya pasaría a un segundo plano, cosa que el Clamañublo aceptó complaciente pues como él dijo, necesitaba unas vacaciones.
«Llevo a tope desde Legión, momento en el que reaparecí con mi nueva apariencia y desde entonces ha sido un no parar, necesitaba un descanso»
Sin embargo, Nathanos pidió a Blizzard que su despedida fuese por todo lo alto, por lo que la empresa le ofreció ser objetivo de su propia misión de mundo.
«Al principio me pareció un poco cutre, siempre pensé que me convertiría en un boss de raid, pero viendo la dirección en la que ha ido la historia será mejor que no me queje, no vaya a ser que me maten en una mazz como hicieron con Nerthul»
Lo que no se imaginaba Nathanos es que se iban a convertir en las dos peores semanas de su vida.
«Cuando me dijeron que la recompensa por matarme sería un arma de nivel 115 no me gustó mucho; recordé todos los personajes que los jugadores habían estado leveando durante el confinamiento y el resto del verano con el bufo de experiencia y pensé en todos los alter sin equipar que podría tener el juego; no me salían las cuentas.
Ahora que ya ha comenzado estoy que no puedo más, cada vez que aparezco ya hay entre 20 y 30 personas esperando para atizarme, además el tiempo de respam es ridículo, no tengo tiempo ni para ir al baño; el otro día en una pelea creí que me cagaba».
Nathanos reclama ante el sindicato descansos más prolongados como los de los rares de Corona de Hielo y una recompensa más «humilde» para que matarle no sea tan apetecible.

Adicto a los videojuegos desde hace 39 años y gilipollas profesional de toda la vida.