Un jugador se convierte, por error, en Rey de Ventormenta
Ahora, cada vez que se conecta con ese personaje, no puede hacer nada salvo firmar documentos y tener audiencias
Ocurrió hace unos días tras la última actulización del juego, en la que se podrá derrocar al líder de tu hermandad si lleva más de 30 días sin jugar (para más info, lee nuestra noticia de ayer).
El caso es que los desarrolladores no se dieron cuenta de un fallo en el patrón de código de esta nueva norma y, no sólo se quedó en líder de guild, si no que se extrapoló este cambio a cualquier líder que lleve más de 30 días sin aparecer por dónde le corresponde.
Por eso, cuando Sartharion, humano brujo de nivel 47, pasaba por la sala del trono de Ventormenta, y lo vio vacío, se fijó que podía interactuar con él.
Al hacer ‘click’ en él me apareció una ventana que me decía algo tipo:
– El trono lleva más de 30 días vacío, ¿quieres ocuparlo? –
Me pareció divertido así que dije que si. Luego fue todo muy confuso, mi armadura cambió por completo, empezaron a sonar fuegos artificiales por Ventormenta y los NPC empezaron a gritar: «Larga vida al Rey Sarharion»
Al principio creía que era algún tipo de broma oculta en el juego, pero después no pude seguir jugando con mi personaje.
Incluso probé a desloguearme y volver a entrar, pero nada. Mi personaje no podía salir del palacio y lo único que podía hacer era firmar unos papeles y asistir a unas reuniones.
Cuando ya me cansé abrí un ticket a Blizzard. Se quedaron flipando.

Blizzard ha confirmado que se trata de un error en la configuración del juego y que ya están trabajando para solucionarlo.
No saben si otras razas o facciones se verían afectadas por este hecho y se cree que podría haber jugadores atrapados como líderes de tribus de Murlocks en Tuercespina o Gnolls en algún emplazamiento de los Reinos del Este.
Han enviado un comunicado a todos los jugadores para que informen «por favor» si se han encontrado en situaciones similares.
Ve y derroca lo que puedas, Adalid.

Adicto a los videojuegos desde hace 39 años y gilipollas profesional de toda la vida.