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Pide el divorcio a su mujer porque sólo le habla en términos de WOW

Aunque la entiende porque él antes jugaba al WOW, está harto de que ella sólo se comunique utilizando estas expresiones.

Daniel P. Brooks, de Houston,  ha pedido oficialmente el divorcio a su mujer, Jennifer J. Brooks.  El juez que tramita su caso no acaba de entender los términos que él alega en su declaración:

Hace algunos años mi mujer y yo compartíamos una afición en común que era jugar a World of Warcraft (de hecho, nos conocimos a través de esta plataforma).

Cuando nos fuimos a vivir juntos nos parecía muy gracioso hablar en lenguaje «wow» con expresiones tipo: «He wipeado la cena» o «He loteado estos pantalones en una tienda» hasta el punto de que normalizamos este tipo de diálogos en nuestro hogar.

Sin embargo, hace ya un par de años que yo dejé el juego y aunque entiendo perfectamente lo que dice en cada momento, ella no ha dejado de hablar en ninguna ocasión con este tipo de lenguaje.

A mi al principio me daba igual, pero ahora ya lo ha extrapolado a todos los términos de su vida, en reuniones con amigos o familia, yo tengo que hacer de traductor porque nadie más la entiende. 

El otro día me llamaron de su trabajo porque algunos compañeros necesitaban entender que era lo que les quería decir.

Aunque lo he hablado con ella en infinidad de ocasiones, parece que hace caso omiso y sigue en su línea. Así que yo he decidido, Sr. Juez, acabar con esto y divorciarme. No quiero que nuestros futuros hijos aprendan a hablar en esta terminología. 

Por su parte, Jennifer, ha preferido no hacer declaraciones al respecto y tan solo ha respondido con un comentario:

«Ahora Daniel está en «enrage».  Esperaré a la interfase para hablar con él» 

Pareja se divorcia, por fin, tras 15 años de PVP intenso.

«Lo que empezó como una broma acabó siendo una pesadilla. No hay otra opción que el divorcio»

Melanie Wadworth y Mathew Randolph, vecinos de Rochelle, Illinois (EEUU) han decidido poner fin a su matrimonio, tras 15 años de PVP salvaje.
Esta pareja, que lleva junta «desde el instituto», se ha visto superada por intensas batallas en campos puntuados, PVP outdoor y arenas sangrientas. Si no sabéis de qué hablamos, ellos mismos nos lo cuentan:

Nuestra relación siempre fue la envidia de los compañeros durante la adolescencia. Éramos la envidia de todas las fiestas, coronados Rey y Reina los últimos 4 años de instituto. Luego llegó la Universidad y al acabar nos casamos y nos fuimos a vivir juntos en nuestra casita a las afueras. Fue como un cuento hecho realidad. En el vecindario era todo perfecto, yo estaba en el Club de Jardinería y Mathew salía a pescar los sábados. Entonces llegó el Wow. (Melanie)

Yo acababa de recibir una herencia de una tía abuela del oeste, y compré dos ordenadores muy pepinos. Lo último en ese momento. Le regalé uno a mi mujer y el otro fue para mi. Teníamos un cuarto para los set-up, cada uno en su espacio. Y jugábamos al Farmerama, al Skyrim y otras cosas. Siempre juntos. Entonces me hablaron de un juego sensacional: el Wow. Teníamos dos cuentas, mi mujer y yo, y nos hicimos personajes en facciones contrarias. Pensábamos que era divertido. Qué gran equivocación. (Mathew)

La pareja continua hablando sobre sus idas y venidas en el PVP, en cómo las risas pasaron a ser gritos y acabó en camas separadas. La solución estaba clara: el divorcio. Les hemos preguntado si había alguna posibilidad de jugar juntos en la misma facción, pero un NO rotundo fue su única respuesta.
Hemos podido ver esos papeles por encima y nos ha llamado la atención una única frase «Todo por mi Reina Alma en Pena».

Ve y juega, pero no hagas PVP.