Una frutera de una conocida cadena de supermercados ha tenido que avisar que las peras no son mokokos
Y así, amigos, es como la realidad supera a la ficción. Desde el 11 de febrero, Lost Ark ha dado un duro golpe a la comunidad gamer de occidente, hasta el punto de llegar a este pequeño suceso anecdótico.
La responsable de la sección de frutería comprobó que, sobre todo desde principios de marzo, la venta de peras había incrementado notablemente con respecto a otros años y muy por encima respecto a cualquier otra fruta. Lo que en un principio parecía una anomalía puntual, que era buena para el negocio, ha tenido que ser intervenido por los responsables de la empresa matriz, pues había riesgo de desabastecimiento de peras.
Nadie entendía nada, ya bastantes problemas había con el aceite de girasol, que al menos ya tenía localizado el foco del problema, una desgraciada guerra; pero el tema de las peras, nadie lo entendía.
La frutera se puso en modo detective, y empezó a observar más cuidadosamente a la clientela que demandaba tan “enérgicamente” las peras. Normalmente eran jóvenes entre los 20 y 40 años, siempre atentos a la calidad de la materia y siempre seleccionando la fruta con un cuidado y un mimo totalmente desproporcionado.
Me fijé que incluso una señora se llevaba la fruta en una bolsa especial acolchada y claro, me llamó poderosamente la atención, por lo que le pregunté a qué se debía tanto mimo por las peras, y me dijo: «Qué peras, ni que peros, niña, esto son mokokos, pequeños y dulces niños que nadie debe comer, les estoy librando de una terrible muerte, y me sirve además para que me cuente para mis coleccionables de semillas de mokoko.”
La frutera entonces empezó a investigar, y en cuanto puso “mokoko” en Google todo empezó a tener algo de sentido.
“La gente está como una puta cabra en serio, yo estudié ADE para otra cosa, no para tener que decirle a la gente que una puta pera no es un puto mokoko. No te lo pierdas, que el otro día, me entró un friki que quería buscar una “sala oculta” para entrar al almacén y ver si había mokokos ahí, mokokos, que encima eso ni existe, mira de verdad, a ver si cae ya ese puto meteorito de una vez”.

Ve y farmea, kokomo, pero con cabeza.

Veterano de la segunda guerra en la que fue herido.
Ahora sobrevive como clicker.