Psicólogos de todo el mundo están de acuerdo en que el juego puede traer consigo traumas irreversibles.

Faltan un par de días para el lanzamiento de uno de los juegos más esperados de los últimos años, Horizon Forbidden West, y aún sin estar a la venta, el juego ya está dejando secuelas psicológicas.

Un estudio psicológico realizado por la Universidad de Masachuches confirma que 9 de cada 10 testers de Horizon Forbidden West no puede volver a utilizar ningún aparato electrónico.

Cuando empecé a jugarlo, mis primeras impresiones fueron las normales: gráficos increíbles, una historia inmersiva, efectos espectaculares. 

Sin embargo, a medida que iban pasando las horas empecé a notar un fuerte dolor en el pecho y cómo se me aceleraba el pulso. Poco a poco los aparatos electrónicos que me rodeaban en mi play room empezaron a mirarme y me emparanoié con que alguno se lanzaría sobre mi para intentar matarme. 

En ese momento dejé el juego pero al ir al microondas para hacerme un café no pude ni abrirlo.

Expertos de todo el mundo temen que este tipo de trauma psicológico pueda ser cada vez mas común entre los jóvenes de la futura generación Alpha.

En el futuro quizás nos encontremos con niños que no se atravan a utilizar el lavabo después de haber jugado a Super Mario Bros, o que no quieran comer golosinas después de un par de partidas al Candy Crush. 

Para vosotros, viciosos