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Jugadores y NPCs están de acuerdo en algo: Shadowlands se va para no volver.

A pocas semanas del final de expansión (bueno, vale, no se sabe aún, puede que queden 8 o 10 o 4 KEK) podemos hacer balance y decir bien alto «menudo truño engaño de expansión».

Muchas personas se vieron envueltas en una marea de optimismo cuando se anunciaba Shadowlands como la expansión «más ambiciosa hasta la fecha», pero pronto se dieron de bruces con la realidad. Mucha ambición, pero poca ejecución. Este «malestar» no sólo se extiende como la pólvora entre los jugadores de Wow, si no que, por primera vez, alcanza a los NPCs y resto de criaturas de la expansión.

Al principio estaba muy emocionada por conocer a todos esos adalides, tan valientes y con tanto que contar, pero se me pasó pronto. Soy muy optimista y muy dicharachera, pero todo tiene un límite, incluso yo. Ya no quiero más adalides en estas tierras. Estábamos mejor sin ellos.
(Lady Bayalunar, sílfide nocturna)

 

Pues yo estoy en contra de que se marchen estos adalides. Han traído alegría a esta Corte y han aprendido a preparar el té, de una forma bastante decente. Además, ¿dónde podríamos encontrar tanta sangre fresca por aquí? Estoy profundamente apenado.
(Theotar, el Duque Loco, curia de los Venthyr)

Abandona las Tierras Sombrías, Adalid, y no regreses nunca ( a no ser que quieras preparar té)