
Durante todos estos largos meses, los héroes y grandes personajes de Wow se fueron a las Tierras Sombrías para luchar por un destino cósmico que aún no se sabe a ciencia cierta de qué trata. Aunque en un principio lo que parecía una caza a una fugitiva (Sylvanas), se tornó en lo que aparenta ser (y aún no está del todo claro) una lucha a nivel cosmológico.
Sin embargo, Azeroth sigue su curso, los héroes «menores» tienen que bregar con la liada parda que dejó Sylvanas antes de abrir el cielo a otro plano de existencia. Los no-muertos siguen de parranda por Azeroth y sin un Rey Exánime con carnet autorizado que los controle, están en «happy hour» constante.
Todo podría desmadrarse en cualquier momento. Imagínate el percal de los héroes que viajaron a las tierras de los muertos y que, a su regreso, Azeroth fuera el mayor cementerio cosmológico.
Pero no amigos, no hoy será ese día. Tito Turalyon o “Titu” para sus «panas«, se ha encargado, gracias a la Luz, de poner un poco de orden en este caos. Menudo percal le dejó el joven Wrynn: lo que parecería una regencia por unos meses, se ha convertido en una gestión sanitaria sin precedentes (muy real todo esto).
En los Reinos del Este, Turalyon y el viejo lobo (Cringris) tienen una tarea muy difícil, y es que Azeroth no se convierta, por defecto, en un erial de muerte y putrefacción. En Kalimdor la cosa no cambia mucho, el nuevo concilio de la Horda tiene que gestionar la devastación de los no-muertos descerebrados y conflictos políticos con su facción no-muerta no descerebrada, la cosa está muy muuuuuy chunga.
Parece que en Azeroth todo el mundo está «happy flower» pero nada más lejos de la realidad: sin los adalides más importantes, el destino de nuestro planeta pende de un hilo muy frágil. Quizás cuando volvamos Turalyon esté calvo por tanto estrés.
Seguiremos informando.

Veterano de la segunda guerra en la que fue herido.
Ahora sobrevive como clicker.