Santuario, un mundo asolado por el conflinto eterno entro los Ángeles y Demonios comienza un nuevo capítulo con Diablo IV.

El acceso anticipado al juego ha provocado que una oleada de jugadores empezaran su cruzada particular por Santuario, pero los demonios llevan años entrenando para este momento.

Sin embargo, no deja de sorprender cómo los primeros días de juego han dado para muchas anécdotas.

Hoy os traemos la de Trinchador, conocido demonio entre los suyos por sembrar el caos y la desesperación entre los jugadores. Trinchador se preparaba para atacar a un jugador novato y éste, al girarse, no se esperaba ver los gráficos tan potentes del juego y se asustó como «una señora de 80 años sobresaltada» tropezando y cayendo aparatosamente, y despertando de manera espontánea una risa risueña tanto en el jugador como en el demonio. Ante esta situación tan rocambolesca, y como son los primeros días de Diablo IV, el demonio le ofreció una mano amable para ayudarlo a levantarse y lo dejó irse. El jugador no sabía como reaccionar, si atacarlo, o si irse, o si apagar el pc después de llevar 14 horas seguidas jugando no entendía nada «¿Sería una nueva mecánica del juego?«.

El tema es que los compis de Trinchador se enteraron de la movida y, cómo no, se empezaron a burlar de él por no matar al jugador, y lo apodaron «Blantrichi (un apodo burlón de Trinchador blandengue)». Al demonio le daba igual, las puyas en el infierno eran las vísceras del día a día, pero nos dejó esta declaración:

«Oye, ¿te puedes creer que no puedes ayudar a un jugador porque ya enseguida te tachan de blandengue? ‘Blantrichi’ dicen, serán perros envidiosos… pero claro, si finges que te matan rápido para ir a la cafetería a por un bocata de riñones lo antes posible, eres lo más del infierno, no? En fin… la hipotenusa» — Trinchador

Ve y mata todo lo que se mueva por Santuario, Adalid, pero cuidado no resbales.

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