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Activision Blizzard anunció en un comunicado de prensa que World of Warcraft: Shadowlands se ha convertido en el juego de PC más vendido de todos los tiempos. En su primer día del lanzamiento el 23 de noviembre, la expansión había vendido más de 3,7 millones de copias, rompiendo el récord anterior establecido por Diablo III en 3,5 millones y los 3,3 millones de copias de Legion. Además, ha alcanzado el punto más alto de participación de jugadores de la última década. — Esta es la noticia.

Y es que el WoW lleva ya 16 años muriendo, agonizando, siendo un juego aburrido, sin nada que hacer, con mecánicas y gráficos obsoletos, sin aportar nada al género, con innumerables errores y mucho lag, y con una gran falta de empatía hacia su comunidad… y curiosamente, a pesar de todos estos descalificativos a manos de los mejores «Gurús» de la comunidad, Blizzard se saca la chorra y da un golpe sobre la mesa. Todos los campeones con el «síndrome del adalid quemado» estarán intentando encajar esta información que les habrá caído como una losa de 20 toneladas, porque 3,7 millones de copias han sido compradas por una cantidad de gente que, en el fondo, no sabe lo que está haciendo.

Lo curioso, y esto es un spoiler, amigos, es que dentro de esos 3.7 millones de copias vendidas, están nuestros amigos los haters agoreros. Ellos no pueden estar exentos al éxito del juego, tienen que ir a mirar, a ver qué ocurre con su juego odiado y claro, hay que pasar por caja. Tienen que probar de primera mano todo lo que está mal hecho, si no, no pueden quejarse. Y no sólo pagar el juego, sino también la suscripción. Es lo que yo llamo «Haters premium», que pagan por quejarse. Su opinión tiene más peso que el resto de los haters porque saben de qué se quejan, no como los otros haters pasivos, que se quejan sin tener ni idea. Ellos al menos han probado el juego.

Pero ojo, que toda esta exaltación de que el juego está muy vivo y nos regocijamos todos los que somos amantes incondicionales del juego, hay que tener presente que esta situación tiene un reverso tenebroso. Activision Blizzard ha conseguido crear un monstruo enorme, una bola de nieve que cada vez se hace más grande y está empezando a ver que, independientemente de las decisiones que tomen, éste se vende igualmente. Es decir, que todo el arte, la historia, las cinemáticas, las mecánicas de juego parecen estar diseñadas para eclipsar lo terrenal: los dineros. Y ese espíritu de familia, con el que muchos hemos crecido con Blizzard, cada vez se está disolviendo más, en contraposición a fomentar una maquinaría con un único objetivo: tu dinero. Ya no hay el mimo al cliente de hace unos años y cualquier veterano de verdad lo sabe.

Bromas aparte, la realidad es la que es. Y por mucho que le pese a unos cuantos gritones, el WoW se ha convertido en un juego imbatible. Podrá escocer más o menos, dependiendo de tu animadversión a éste, pero es lo que hay y lo ha sido durante 16 años y no hay NADA que indique que pueda cambiar esto en el futuro. Lo más sano, después de todo, es que si realmente pruebas el juego y no te gusta, no pierdas más el tiempo y cambia a otro, sin dramas, sin gritos. Por que este juego que aparentemente estaba muy muerto, ESTÁ MUY VIVO.